miércoles, 23 de febrero de 2011

Creer o no creer

"Considero que el mito y la imaginación son, de hecho, conceptos intercambiables y que la creencia s el origen de ambos. [...] Estas creencias no tienen nada que ver con la fe. [...] Creía en todas esas cosas extrañas porque estaba hecho para eso. Otras personas participan en carreras porque están hechas para correr deprisa, o jugan al baloncesto porque Dios las hizo medir un metro noventa. A pesar de todo, a la fe le corresponde un lugar."

Y King suele dárselo en sus obras, en obras como "The Mist" o "Apocalipsis". En éste último, el mundo sufre un cataclismo y los supervivientes se dividen en dos bandos, capitaneados por dos figuras que, fundamentalmente, son la metáfora de Dios y el Demonio. Una historia donde la fe es lo único que puede salvar al ser humano, pero nadie nunca ha dicho qué clase de fe y en quién debe depositarse para conseguir salvarse.
En "The Mist", como comentaba en el post anterior, una mujer extremedamente creyente, ve en lo que está pasando la señal de que Dios está castigando a la humanidad y considera que ella es la única que puede salvar a los que le rodean...aunque para ello deba sacrificar a alguien. Sin duda, en esta presentación del extremismo religioso se observa cómo no siempre la religión puede ser positiva para el ser humano y cómo los extremos no son buenos en ningún tipo de opinión o creencia.
Stephen King siempre presenta la creencia de un modo radical, ya que cuando el ser humano se ve expuesto a situaciones complejas, sus opiniones se manifiestan precisamente con radicalidad, y si hablamos de la fe ésta se convierte en algo que obsesiona y no permite enfrentarse a lo que sucede con la claridad que debería. Muchos le acusan de presentar la religión como algo negativo pero realmente, King sólo pretende mostrar que en la desperación, cada individuo se agarra a sus creencias para tener un punto de cordura dentro de la locura de los acontecimientos. Unos se agarran a su fe, otros a la acción para no pararse a pensar y perder la razón. Pero, sin duda, ambos personajes acaban por coincidir en su resistencia a creer en lo que está pasando y finalmente aceptar que el mundo es un lugar mucho más desconocido de lo que pensaban.

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